Todo este recorrido me suena. Lo recuerdo desde el km 4. Ahora sí que es la hora de la verdad. “Las marcas se ganan o se pierden con fatiga muscular”. Gran frase de mi hermano. Es la hora de los valientes. Si has ido pasado de rosca antes, aquí lo vas a pagar caro. Puedes perder todo lo que has ganado. Perder hasta el apellido. Además, entre el 37 y poco antes de meta el adoquín será el mayor enemigo de los corredores. Comienzo a tener una sensación de estar en ese límite de que se te va a montar algún músculo. Quiero creer que todas las pesas que he hecho durante mi preparación me van a ayudar. Voy muy muy rígido. Pensaba que llegado este momento, me acordaría de los míos, de todo el esfuerzo, de todo el entrenamiento de un año entero, de la gente que me ha animado... Pero no. Estoy en blanco. Sólo me concentro en cada zancada, en cada pisada. Y llego al km 40 conservando un parcial de 5k de 23’ 08’’ excelente (4’ 38’’ el km), con la confianza de que voy a llegar a meta y que, además, lo haré con un tiempo bestial. Otras 131 personas adelantadas desde el km 30 confirman que voy bien.
El análisis que realicé el día anterior de los últimos 2 kms está siendo básico. Todo me es familiar. Veo el cartel del 41 y decido tirar para adelante apretando con todo lo que tengo. Dejo al ya muy reducido grupo que me acompañaba desde hace muchos kms y que tanta compañía silenciosa me ha hecho. El belga, el polaco, etc. los dejo atrás. ¡¡Vamos, vamos‼ Giro a la izquierda y enfilo la recta final. Se acabó el adoquín que tanto me ha castigado los tobillos. Espectacular llegada. Veo de fondo la pancarta de meta y la Plaza. ¡¡Todo el mundo en los laterales‼! Escucho a mi novia “¡¡Vamos Rober‼!”. Ni la miro. No me atrevo a mirar a los lados. El reloj de la carrera que veo al fondo marca 3h 18’. ¡¡Pero qué marcón‼ ¡¡Piso la lona azul y todo el mundo gritando‼‼ ¡¡Sí, señor, lo he conseguido‼‼ Firmo un excelente 3h 15’ 50’ en mi primer debut, ¡¡adelantando en los últimos 2 kms a 17 personas más ¡¡Y eso que iba destrozado‼
Cruzo muy desorientado y buscando líquido. Una amable niña me pone la medalla y una manta térmica. Una foto para el fotógrafo. Un poco más adelante veo al resto de la afición. Mi hermano Jorge que ha completado su mejor maratón en 2h 55’ y a su mujer Sonia. Todos nos abrazamos emocionados. Después llega Carmen, mi novia. A ella le dedico en ese momento el mayor abrazo que he dado en mucho tiempo. Todo el esfuerzo, los días de entrenamiento, de dejar de verla, de supeditar sus planes a los míos... todo eso ahora merece la pena. Ella está aquí conmigo y yo lo he conseguido. Sólo por ese momento, ha merecido la pena toda esta preparación.
Completé la segunda media maratón un minuto más rápida que la primera. Ni en mis mejores sueños me había planteado un escenario tan ideal. Técnicamente una carrera perfecta. Adelantando a 405 personas, completé el recorrido siendo el 615 de 5624 personas que llegaron a meta.
Por todo lo que os he contado, y por mucho más que viviréis, merece la pena prepararse una maratón y competir en alguna. Praga puede ser una de ellas. Yo he tratado de contar lo mejor que he podido mi experiencia en esa ciudad. Una experiencia vital inolvidable.
Gracias
Parciales:
1er 5.000--> 23’ 45’’
2º--> 22’ 56’’
3º--> 22’ 55’’
4º--> 23’ 29’’
5º--> 22’ 45’’
6º--> 23’ 04’’
7º--> 23’ 29’’
8º--> 23’ 08’’
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