Un poco antes de la llegada al km 10, hay un punto de cambio de relevos, y el trazado se estrecha. No debido a la organización, si no porque los corredores que esperan su relevo, no respetan las marcas delimitadas. Ahora no hay problema. Pero el relevo del km 30 seguro tendré menos lucidez para esquivar a la gente. Paso por el km 10 en 46’ 41’’ (mi tiempo esperado era 47’ 30’’). Este segundo parcial de 5k también ha mejorado: 22’ 56’’ (4’ 35’’ el km). He adelantado a 132 personas en este primer 10.000. El primer paso por la meta es en el km 12 y mis chicas están por aquí de nuevo. Más fotos y saludo: “voy muy bien” le grito a mi novia. Y es que es cierto. Aunque entre el km 10 y el 20 es el tramo con más toboganes de todo el recorrido, tengo la carrera muy controlada. Prácticamente desde el km 3 he podido correr sin el agobio de esquivar a gente, de manera cómoda. Las caras de los de mi alrededor ya me son familiares. Esa gente que lleva tu mismo ritmo, será una buena referencia visual durante toda la carrera y te dará una buena sensación de cómo vas. En el paso por el km 15 me tomo la primera mitad del gel. Sigo completando los kms entre 4’ 30’’ y 4’ 40’’. Tercer parcial en 22’ 55’’ (casi clavado al segundo). Poco después adelanto a un hombre que me grita “vamos zamorano‼”. Ha reconocido la camiseta de “Los Sanabreses” con la que corro. Le saludo y le digo “hay que darlo todo, eh?”
Llego a la Media Maratón: 1h 38’, (estimado 1h 40’). Muy buen tiempo. Hasta ahora llevo un ritmo de 4’ 38’’ el km. No es muy alto pero me permite llegar al ecuador de la carrera casi intacto. Comienzo a tener un pequeño dolor en las rodillas, pero es leve. Intento a partir de ahora fijarme en la postura, manteniendo los hombros horizontales y relajados, y moviendo los brazos. Apago el pitido del pulsómetro y cambio a potencia aeróbica. Subir de pulsaciones para tratar de ir igual de deprisa. Me cruzo con otro corredor con la camiseta de la San Silvestre de Madrid y también le saludo. Es otra de las cosas que me encantó de una carrera internacional. Te cruzas con corredores de todas las nacionalidades. Y ahí está tú, en parte, representando a tu país. Otra mitad del gel más y continuamos... me doy cuenta que no hay demasiada gente animando en los laterales de las calles. Ya lo suponía. Praga no es Madrid. Es cierto que en Madrid hay zonas que no tienen mucho seguimiento, como por ejemplo, la Casa de Campo, pero en general, el ambiente no es el mismo.
Desde el km 24 tengo un leve dolor en el tensor de la fascia lata de la pierna derecha (en el lateral del cuádriceps). Es un dolor que ya he tenido en los entrenamientos de calidad y que nunca me ha hecho parar. Espero que no vaya a más. Llevo viendo desde hace rato a un polaco delante y le tengo a tiro. Ha bajado el ritmo claramente. Le alcanzo y estaremos juntos hasta el 35. Junto con él, formaré un curioso grupo con un belga a la cabeza. Como los profesionales en la TV, instintivamente iremos turnándonos para tirar de ese minipelotón. Completo el quinto parcial en 22’ 45’’ (4’ 33’’ el km). Confirmado: he aumentado el ritmo. Todo va bien.
Me aproximo al km 30 sigo comiéndome los kms a ritmo de 4’ 30’’-40’’... preparo otra mitad del gel, con esta será el segundo gel que me tomo. El paso por el 30 es de escándalo: bajo mi previsión en 4 minutos‼ 2h 19’ (esperado 2h 23’). He adelantado a otras 124 personas más en estos últimos 10 kms. Esto puede ser un marcón de escándalo! Dónde está el muro? He venido a experimentarlo. Nunca me he fiado de lo que me contaron. Aquí estoy, comprobándolo... Adelante‼! Mi grupo de unos diez corredores se estira y el polaco comienza a hacer la goma. Va sufriendo mucho. Su cara lo dice todo.
El dolor en el tensor ha desaparecido pero ahora, llegando al 34, noto mucha rigidez en los cuádriceps y tengo muy cargadas las rodillas. Me preparo para cambiar de pulso e ir a tope en el km 35... pero tengo miedo de romperme. No sé si estoy en condiciones de correr 7 kms más a tope. Voy peor de lo que pensaba. Aún así, mi siguiente parcial lo completo en 23’ 29’’ (4’ 42’’ el km), lo que confirma que sigo sin derrumbarme. Km 35: 2h 42’. La última mitad del gel para adentro en el avituallamiento del 35. Voy en piloto automático. Ni más despacio ni más deprisa. Si cambio me parto en dos. Cada adoquín, cada curva, cada mal pisada, me genera un dolor muy fuerte, sobre todo en las articulaciones. En los avituallamientos ralentizo la marcha. Quiero ir a lo seguro. Cualquier empujón haría que me cayese al suelo... y seguro que no me levanto. A partir de ahora se acabó observar el paisaje: mis ojos miran en el reloj, el cartel de los kms y al tío que tengo delante. Me concentro muchísimo y trato de hacer sumas. Es una manera de saber si aún tu cabeza está fresca: 54+27 = 81... ó eran 91? Nadie me puede corregir el resultado.
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