lunes, 19 de agosto de 2013

Prueba de Esfuerzo

El primer año que practiqué este deporte el objetivo era terminar una media maratón con garantías. Cumplido ese hito, en la temporada 2011-2012 me propuse aspirar a finalizar una maratón. Aproximadamente un mes antes, por recomendación de mi hermano, realicé una prueba de esfuerzo. Lo que cuento a continuación es mi experiencia en esta prueba, concretamente en la Clínica Oberón, en Madrid (http://www.centrooberon.com/).

¿Cuáles son los motivos por los que realizo la prueba de esfuerzo?
- Comprobar mi estado de salud general. No me cansaré de decirlo. Cualquier persona que quiera presentarse a una prueba de atletismo de cierto calado, debe de realizarse un chequeo médico en condiciones. Un posible problema oculto de salud puede darnos algún que otro susto el día de la maratón. Ese día vamos a tope.
- Comprobar si la pisada que tengo se corresponde con el calzado con el que entreno.
- Establecer mis límites de pulsaciones, que utilizaré como referencia en mis entrenos con el pulsómetro y el día de la prueba.
- Mi capacidad como atleta para la prueba de maratón.

La prueba que todos los años realizo es una prueba de esfuerzo por análisis de gases en tapiz rodante.

Siempre ha sido un mes antes del día de la maratón (día D). Los motivos son claros: que la prueba sea representativa para la el día D. El estado de forma en ese momento es muy alto ya que, dependiendo del año, hay ya unos seis meses de entrenamiento. Esto es lo ideal.

Aproximadamente una semana antes me hago un análisis de sangre y orina que entregaré al Doctor de la Clínica Oberón (en mi caso el Dr. San Miguel Bruck). El Doctor confirma que los niveles son normales el día de la prueba.

El día de la prueba de esfuerzo es recomendable haber descansado y, si no fuese posible, haber descansado de entrenamiento el día anterior.

La prueba comienza con unas preguntas generales sobre las sensaciones de tu estado de salud, entrenamientos, antecedentes personales y familiares médicos, hidratación y nutrición, etc. Después peso y altura actual.

Se pasa a una exploración física completa: flexibilidad del tren inferior, oscultación, tren superior, espalda, etc. Es en este momento donde se realiza el análisis de la pisada. No se realiza mediante una máquina, como las típicas que vemos en las tiendas de running. La verdad es que es un análisis mucho más exhaustivo. Además, sin darnos cuenta, el doctor nos estará observando después en la cinta, para ver qué pisada tenemos en movimiento.

Más tarde se realizan una serie de medidas en el cuerpo que determinarán tu antropometría. Esto sirve para determinar tu “silueta” como deportista, es decir, si eres una persona esbelta o no, si tienes algún tipo de hipertrofia muscular, etc. Con esto y con la toma de medidas de los pliegues de la piel, se determina el porcentaje de peso graso. El Doctor nos informará dónde estamos y qué medidas tomar para reducirlo o incrementarlo (si aplica). Esto nos sitúa en un punto dentro de la gama de deportistas, tanto populares como élite. El porcentaje de peso graso nos da un dato muy importante en los deportistas de fondo: cuánto se puede adelgazar durante el proceso de entrenamiento. A cada porcentaje de peso graso le corresponde un peso corporal total. El mínimo peso graso será el mínimo peso corporal. Por debajo de ese, tendremos que tener cuidado porque estaremos ya demasiado delgados.

Posteriormente pasamos a las pruebas de fuerza en manos, hombros y brazos (como en el instituto) y de flexibilidad.

Justo antes de la prueba de esfuerzo en sí en el tapiz rodante (cinta), se realiza un electrocardiograma, medida de tensión arterial y espirometría. Y empieza la parte más bonita... subirse al tapiz.

Nos colocan una serie de electrodos de medida en la zona cercana al corazón, cuello... y una malla lo sujetará todo. La máscara en la cara para medir el volumen de aire espirado. Parámetros como pulsaciones y aire espirado serán monitorizados en todo momento y serán los que marquen los umbrales donde empieza la capacidad aeróbica y donde tenemos el límite anaeróbico.

Nos colocamos con nuestras zapatillas de rodajes o series (muy importante) y comenzamos a unos 10 km/h. Habrá un cambio de velocidad de 1 km/h cada minuto. El doctor y su asistente (en mi caso han sido tanto Iván como Fátima) nos avisarán antes del cambio y van preguntando nuestras sensaciones. La cosa se empieza a poner interesante cuando vamos a 5:30 por km. Hay que intentar concentrarse lo más posible y en un punto fijo y adaptarse a los cambios de la cinta, que es lo que yo veo más complicado. Daros cuenta que pasar de 12 a 13 km/h supone ir casi 30 segundos más rápido por km. El Doctor y su asistente dan ánimos en todo momento y van corrigiendo posibles posturas erróneas en la cinta, que cambiemos zancada, etc.




Al comienzo de la prueba
La comunicación con el doctor se hará por un gesto de puño. Arriba si vas bien y abajo parar. La prueba normalmente termina por agotamiento del corredor. No hay que llegar hasta el límite de caerte en la cinta de bruces. Los datos que se necesitan normalmente se conseguirán antes de ese límite de agotamiento.

Cuando la prueba termina te toman tensión y te monitorizan la recuperación de pulso. Me gusta remarcar que la recuperación después de un esfuerzo es muy importante en los entrenamientos y series. Hay que observar cuántas pulsaciones se recuperan en un minuto después de ese esfuerzo. Aquí el doctor te dirá si tu recuperación es óptima o no. Esto también es un buen hábito después de cada serie en un entreno. Con esto la prueba termina.

Una semana después volvemos a recoger los resultados. El Doctor San Miguel nos la explicará como si fuésemos niños pequeños, lo que, en esto de la medicina, se agradece. Además, el Doctor nos sugerirá unas zonas de entrenamiento para el futuro.

Estos son los datos más representativos de mi prueba:
- Comienzo de capacidad aeróbica (VT1): 171 ppm
- Límite anaeróbico (VT2): 184 ppm.
- Pulso máximo: 205 ppm
- Volumen de O2 máximo: 4,86 l/min.
- Porcentajes de volúmenes de O2 en VT1 y VT2: 70% y 83,6%
- Pulsaciones de recuperación en un minuto: 30 ppm.

Tengo que remarcar que, todo lo que he comentado, el día de la prueba el Doctor te lo va explicando muy claramente y no hay ninguna duda.

Y cuánto vale todo esto? Pues unos 150€ aproximadamente. Es un buen dinero pero, como veis, está muy bien aprovechado.

Por último, creo que es importante explicar un detalle más sobre el Volumen de O2 máximo. Muchas webs de deportistas de élite remarcan su VO2 máximo como un dato decisivo. Creo que, aunque este es un dato importante, más importante es cuánto porcentaje de ese VO2 máximo estás aprovechando en cada límite VT1 y VT2. Me explico. El año pasado yo tuve un consumo de oxígeno máximo de 4,85 (l/minuto) y este año de 4,68. Este dato haría pensar que estoy peor que el año anterior. El consumo de O2 máximo es tan solo la cilindrada de motor que tenemos, cuánto poderío es capaz de dar nuestro corazón. El dato verdaderamente válido para un maratoniano es cuánto de ese VO2 máximo somos capaces de aprovechar en VT1 (que es el donde empieza la capacidad aeróbica y a partir de donde nos moveremos en la maratón la mayoría de la prueba). Si analizamos ese dato, el año pasado en VT1 tenía un 61,4% de VO2 máximo y este año tengo un 70%. Este dato realmente indica que soy más eficiente, el volumen de O2 que muevo, lo aprovecho mucho mejor que el año pasado.