miércoles, 8 de mayo de 2013

Maratón de Hamburgo (Última parte)

KM 28: he empeorado muchísimo y ahora sí que voy muy tocado. Sin dolor concreto pero sin pegada. Sin energías. Ha llegado el muro. Viene para rendir cuentas. Braulio ha llegado para hacerme ver que la maratón no es un juego y que pasar la media en 1h28’ tiene un precio. Y voy a tener que pagarlo a partir de ahora. Seguramente en ese km no sería la transición característica del muro, es decir, que mi “combustible” pasase de ser carbohidratos con mucha energía (seguramente al límite de agotarse) a que el combustible fuese grasas, con mucha menos. Seguramente sería más adelante. Pero la fatiga muscular es enorme y me deja sin fuerzas a cada km que avanzo. Es brutal. Y lo peor es que no me adapto. Físicamente como por arte de magia sí, pero mentalmente comienzo a sufrir una degradación que se convertirá en un infierno km a km.

KM 30: no encuentro ningún entretenimiento con nada y me agobio muchísimo. Ni siquiera hago demasiado casi a mi chuleta de tiempos del pulsómetro. Aún hoy sigo sin saber por qué me agobiaba. En ese momento estaba casi 12 minutos por debajo de mi marca en Praga y había completado un parcial nada reseñable de 22:01 en el último 5k. Pero no soy capaz de ver todo lo que he conseguido y sólo me agobio. A partir de este momento, los recuerdos que tengo son muy difusos y no soy capaz de centrarlos en puntos kilométricos ni tiempo.

En los avituallamientos trato de beber tanto agua como isotónico frenando todo lo que sea necesario. Trato de distraer mi atención con algo y veo la línea azul que marca la distancia mínima del recorrido. Empiezo a entretenerme contando el número de líneas intentando que pase el tiempo. Todos los kms se me van por encima de 4:30. Me pregunto por qué estoy así y qué he hecho mal. A posteriori, analizando la carrera con mi hermano hemos llegado a una conclusión: el tiempo que entrené con los nuevos límites de capacidad fue apenas de 20 días. Mis pulmones estaban preparados para aguantar 42,195, pero mis piernas no. Mientras en el asfalto, sigo sin darme cuenta que voy haciendo un marcón, porque no soy capaz de asimilar el sufrimiento y el agobio por querer terminar ya. En ese momento mentalmente empiezo a prepararme para que me adelante el globo de las 3 h. Aquel globo que adelanté en el km 5. No hago más que repetirme: “no te mereces las 3h, esa no es tu marca”. Mientras tanto, me empieza a adelantar mucha mucha gente...

Me molesta todo: la gente, los gritos, la música... Voy por el centro de la calzada siguiendo la línea azul. Me tiro por encima los vasos de los avituallamientos. No coordino.

KM 35: último parcial de 22:41. El globo de las 3h me adelanta junto con un gran grupo de gente. No me desmoralizo porque ya estaba preparado. Yo sigo a lo mío, mirando al suelo y aislándome de todo. Cuando llega el avituallamiento, me meto todo el gel que me queda, al contrario de lo que hice en Praga, que me dejé medio sin tomar. Necesito toda la gasolina posible. El reloj en cada km sigue sin avanzar. En un par de ocasiones pienso que estoy en un km y resulta que aún no he llegado a él. Estoy completamente desorientado.
Km 37 - Mi cara no refleja la realidad de mi cuerpo y mente, es decir, harina
KM 40: ya sé que llegaré porque llevo 12 kms sufriendo este calvario mental y está hecho. Hay una cuesta bastante fuerte que sube al parque y que me termina de machacar. Este último parcial se me ha ido a unos larguísimos 23:27. Estoy machado y sólo puedo malvivir por el asfalto. En el km 37, Carmen y Sonia se han vuelto a multiplicar por Hamburgo. Me animan y me hacen una foto, pero esta vez no las he podido ver, aunque sí oír.
Recta de meta - Aquí sí se ve que me había pasado un autobús llamado Braulio
Más recta de meta - Disfrutando
Siento la meta muy cerca... los lados son todo vallas y el ruido es ensordecedor... veo la alfombra roja al fondo y trato de disfrutar. De nuevo Carmen y Sonia animando esta vez desde las gradas (qué palizón se dieron!!). Miro al cielo, veo la torre de televisión, veo el arco de meta, veo los 3:04, pero ni siquiera siento felicidad... sólo alivio. Abro los brazos y por fin termina este calvario!!!! 3:04:03. 

Meta - Toma joder, toma!!!!
Nada más cruzar la meta me paro. Nunca he estado tan mal. Sí, estoy muy feliz porque todo ha terminado, pero estoy hecho una mierda. Me encuentro a Elena Ugena que ha hecho su marca y me dice que mi hermano ha llegado. Rápidamente unos voluntarios me ofrecen agua. Busco también isotónico pero tengo que entrar en el pabellón. Camino como un borracho, sin poder mantener una línea recta. Entrega de medalla y al pabellón, donde están todas las mesas con toda clase de alimentos, isotónicos y agua (sandía, manzana, naranja, uvas, barritas de chocolate, etc.). Me encuentro con un alemán que me felicita y también con un extremeño. Hablamos algo pero ya no me acuerdo. Mi hermano está de frente y nos abrazamos. Él también ha vuelto a bajar y ya tiene sus 2h53’. Como lo que puedo y me apetece, pero con cabeza. El ropero con la bolsa funciona a la perfección y me la dan rápidamente. Mi hermano me ayuda a quitarme los cordones, porque no puedo. En ese momento me derrumbo y empiezo a llorar. Le digo que lo he pasado muy mal y que pensaba que no llegaba. “El dolor dura un rato, pero tu marca es para siempre!!!” me dice. Psicológicamente estoy machacado. He pasado un calvario enorme y tardaré varias horas en volver totalmente a la realidad.

A la salida del pabellón como dos héroes nos esperan las verdaderas heroínas de Hamburgo. Carmen y Sonia. Abrazo a Carmen y de nuevo, otra llorera. No estoy disfrutando nada la marca porque sólo quería que terminase... “sólo quería que terminase” le susurro a Carmen.




3:04:03 en mi 2ª Maratón. El 10º español de 39 que llegaron a meta. El 476 de 11.450 de la general y el 450 de 9008 hombres. En mi categoría el 80 de 1.023. Marca personal en Media Maratón de 1h28’ haciendo la 2ª media en +7:42 (una verdadera explosión). 11 minutos de mejora respecto a Praga.

Días después me quitarán una uña y otras dos las perderé con el tiempo. Tardaré en recuperarme casi 5 días. En mi mente quedarán esos últimos 14 kms de sufrimiento. He sido afortunado porque ha servido para hacer un marcón. Otros no tuvieron tanta suerte y no sirvió de nada... todo se quedó en el asfalto. Ya sé lo que es sufrir en una maratón. Nada a partir de ahora será igual.

Carmen, GRACIAS un año más por dejar que entrene como un profesional y que disfrute de la Maratón como un privilegiado. Nadie te podrá igualar jamás. Las lesiones además me han respetado mucho, pero es verdad que sin su apoyo, toda esta aventura no hubiera sido posible. Si los que leéis esto tenéis la suerte de tener a una persona igual, os doy la enhorabuena.

Jorge, hermano, GRACIAS por hacer de esto un proyecto profesional y deportivo y, sobre todo, por tomarte mi entrenamiento con la misma ilusión con la que yo lo hago. Mucho tienes que ver en esos 11 minutos de mejora, lo sabes bien. 

Si hallamos algo por lo que merece la pena vivir, hasta el peor de los sufrimientos es soportable. Es la esencia del ser humano, la PASIÓN.

PARCIALES:
KM 0-5 --> 21:16
KM 5-10 -->  20:53
KM 10-15 --> 20:36
KM 15-20 --> 20:59
KM 20-25 --> 21:23
KM 25-30 --> 22:01
KM 30-35 --> 22:41
KM 35-40 --> 23:57

Maratón de Hamburgo (1ª parte)

El viernes 19 de Abril cogimos un vuelo de Lufthansa Madrid-Hamburgo que tiene su salida todos los días a las 14:55h de la T2 del aeropuerto de Barajas-Madrid. El fin de semana hará frío. En el aeropuerto nos encontramos a Miguel Angel y su novia que nos cuentan cómo es Hamburgo y cómo es la maratón. Miguel Angel quiere mejorar sus 2h49’ de Valencia. También está por ahí Elena Ugena (A.D Maratón). Ella quiere bajar de 2h50’ que consiguió en Berlín. Charlamos animadamente de temas relacionados con la maratón y el atletismo hasta que llega el embarque.

Con la equipación en el aeropuerto
En el avión nos dan una comida, lo que es sorprendente, ya que el vuelo durará apenas 2h 30’. Llegamos sobre las 17:30h al aeropuerto de Hamburgo y cogemos directamente el metro. Cogemos un billete de 10,40€ que nos permite viajar por todos los medios de transporte (incluido el ferry) hasta 5 personas desde las 9 am hasta las 6 am del día siguiente. Es la opción más barata. En esta web está toda la información (www.hvv.de). Tomamos el S1 hasta Ohlsdorf, después transbordo a la U1 dirección Ohstedt hasta Kellinghussen-strasse y ahí cogemos la U3 dirección Hauptbahnhof y nos bajamos en Schlump. Vamos al hotel, el NH Hamburg Norge, a escasos 10 minutos andando hasta de la salida de la maratón. El precio aproximadamente 110€ por noche en habitación doble, sin incluir desayuno (son 18€ adicionales) ni los impuestos de ciudad (city taxes).

Vamos a por el dorsal el mismo viernes ya que la Feria del Corredor, situada en Karolinestrasse (GPS 53.562043, 9.974447), no la cierran hasta las 20h. Muy parecida a otras muchas que hayáis visto. Sólo dos diferencias. Que está al lado de la salida y te permite inspeccionarla con detalle. Y que la misma bolsa del corredor, que tendrá tu número de dorsal, servirá para meter la ropa que se dejará en el ropero el día de la carrera. No permiten mochilas sin esa bolsa. La recogida de bolsa y dorsal no nos lleva más de 5 minutos. La organización muy seria hasta ahora. Al día siguiente tendremos que volver a visitarla porque, se me ha olvidado el chándal en Madrid (lo que no me apunto, no lo llevo… no puedo confiar en mi cabeza, está claro). Me compro un chándal muy bonito en el stand de Li-Ning.

El sábado por la mañana mi hermano y yo nos vamos a rodar desde el hotel hasta los parques cercanos Schanzenpark y Planten un Blomen. No es el mejor sitio para correr, pero teniendo en cuenta que tan sólo son 30 minutos es suficiente. Después a comer. La ciudad tiene muchos restaurantes tanto para comer pasta como para lo que se quiera. Un plato de spaguetti bolognesa (por ejemplo) puede costar entre 9 y 12 euros. Lo que suele ser caro es la bebida, sobre todo el agua (¿?). Hay muchas cosas que ver pero yo sólo recomiendo dos: un FreeTour que cogimos con un guía en español llamado Gustavo (http://www.newhamburgtours.com/es) gratis (le das la “voluntad según te haya parecido) con el que ves prácticamente todo lo reseñable de Hamburgo y el museo de las miniaturas (http://www.miniatur-wunderland.com/). Nos pasamos un poco de andar ese día cosa que no es para nada recomendable. El turismo cuando al día siguiente hay una maratón tiene que restringirse al máximo y el tiempo que el cuerpo está de pie tiene que ser mínimo. Hay que sentarse siempre que se pueda (metro, bares, etc). Por la noche toca preparar a conciencia mi mochila con la ayuda de mi lista de competición (como digo, hay que apuntarse todo).

El pulsómetro con los tiempos de Praga
Equipación preparada
Las principales características de esta maratón son:
Terreno: asfalto.
Perfil: 1ª Media Maratón con toboganes. 2ª Media Maratón llana fundamentalmente aunque termina cuesta arriba en el km 40. Fundamentalmente llana aunque el perfil engaña mucho.
Condiciones climáticas: de 9 a 12ºC. Sin aire y a nivel del mar. Humedad relativa normal.
Hora de salida: 9 am.
Participantes: 15.000. Este año han llegado a meta 11.450
Porcentaje sub 3h hombres: 3,94%.
Cajones: sí. Dependiendo del tiempo estimado que quieres hacer.
Avituallamientos: los típicos de agua e isotónico cada 2,5km en vasos. Bien distribuidos, normalmente en el lado derecho el agua y en izquierdo el isotónico. A partir del km 15, entrega de geles cada 5 km. También comida cada 5 km como plátanos, barras de chocolate, etc.
Señalización de kms: poco visible. Los carteles no eran muy grandes y no se veían desde la distancia.
Baños: buena repartición de baños muy cerca de los cajones de salida.
Bolsa del corredor: sin camiseta y con artículos de publicidad típica.
Precio: en torno a 64€.

Trazado de la Maratón

Perfil, preferentemente llano pero engaña
El día de la carrera me levanto a las 6:45h y nos vamos a desayunar a una cafetería que regenta una portuguesa, muy cerca del hotel, que ya hemos probado los días anteriores, en el número 66 de Weidenalle. A las 7:25h tostadas con café y al aseo del hotel (para mí fundamental dedicar tiempo a este tema). Después, algo justos de tiempo, nos vamos a la salida. Nos cambiamos en el mismo pabellón donde recogimos los dorsales. A tope de vaselina por todos lados, sobre todo en el interior de los muslos, que tantas rozaduras me han hecho durante los entrenos. Decido correr en tirantes porque, aunque hay 10 ºC hay algo de sol. La equipación elegida este año, camiseta de la selección española de atletismo. Encima la camiseta de calentamiento que tiraré antes de salir, como siempre.
Cruzamos una pasarela para acceder a los primeros cajones y hay un embotellamiento. Tardamos mucho en llegar. Nos despedimos de nuestras chicas que un año más están a nuestro lado, como lo han estado cada día, cada entreno, cada minuto de estiramiento, de abdominales...
Tanto mi hermano como yo olvidamos el calentamiento. No hay tiempo (quedaban 15 minutos). Me despido de mi hermano y entrenador con sus últimos consejos: “Déjate la piel, pero con cabeza, recuerda”. Nos fundimos en un abrazo que une miles de experiencias y agradecimiento hacia la figura deportiva que me ha guiado un año más hasta esta salida. Mi hermano se va al cajón B. Yo hago la visita al baño para la meada de los nervios. Muy poca gente en la cola, así que, perfecto. Accedo al cajón C que es el mío y unos señores comprueban el acceso por mi dorsal. Otro punto para la organización. Nadie se puede colar. Mi tiempo estimado de llegada será de 3:07. Tendré que ir 11 segundos por km más rápido que en Praga. Bajar 8 minutos mi marca. Sé que lo puedo hacer porque mis entrenos de calidad así lo dicen. Ahora falta demostrarlo.

El speaker dando ánimos mientras yo caliento en el sitio. Esto es justo lo que no hay que hacer. Siempre hay que trotar y calentar antes. Si se puede, se aprovecha para inspeccionar la salida mientras se calienta. Pero también es cierto que en una maratón el calentamiento no es tan importante. Los primeros kms los puedes tomar de progresión y ponerte a ritmo de competición, tu velocidad de crucero, sobre el km 2. Esto es justo lo que pienso mientras me ajusto el chip de la zapatilla, la goma del pulsómetro y disfruto del momento. La rutina de siempre, pero esta vez la competición es el objetivo de la temporada. Llevo mis medias pantorrilleras de compresión Compressport con las que he hecho mis series y mis rodajes. Mis zapatillas, las Adidas Supernova Sequence 5, con las que he corrido también durante estos 7 meses, aproximadamente 850 kms. El pulsómetro Polar con mis tiempos de Praga, para darme moral cuando vaya consultándolos porque creo que los mejoraré. Tengo todo los accesorios, ahora sólo falta que yo responda a las expectativas. Hay una algo que hasta ese momento no me preocupaba: la prueba de esfuerzo realizada justo un mes antes, había revelado que tenía nuevos límites de capacidad y potencia aeróbica. Esto quiere decir que había entrenado con esos límites menos de un mes. Eso sí, consiguiendo ritmos de rodajes nunca antes conocidos. Habíamos venido a arriesgar así que, correría a partir del km 2 en mi “nueva” capacidad aeróbica.

Música de Piratas del Caribe y se abren los cajones. Todos para adelante, globos arriba y todo el mundo para adelante. Pistoletazo y VAMOS!!!
Los primeros kms son prudentes y cogiendo el ritmo. El primero curiosamente lo paso a 4:27, justo el ritmo que quiero durante toda la maratón… casualidad? Un hombre que va en ese primer grupo se dedica a acercarse a los laterales de las vallas a pedir ánimos a la gente levantando las manos. Estos primeros kms pasan deprisa por zonas residenciales, con muchas cuestas tendidas, pero cuestas. Casi sin enterarme estoy ya en el km 5 completando un parcial espectacular de 21:20 (Praga 23:45). Realizo parciales muy buenos de media 4:15 el km. Voy muy suelto y además, las pulsaciones muy controladas en la parte baja de la capacidad aeróbica. Justo después del km 5 adelanto al globo de las 3h. Llevo un rato viéndole desde atrás y, aunque intento ser cauto, me encuentro bien y poco a poco le supero. En algún punto entre el km 5 y el 7, adelanto a un hombre con un cartel flourescente que dice “Stop Terror. Keep running”. Mucha gente en las calles animando. En las zonas residenciales muchos salen a sus terrazas y otros improvisan un picnic en su jardín. En el km 7 me están esperando mi novia y cuñada y poso para la foto de rigor. Les grito “Bien, bien, bien!!” y levanto la mano. Un poco más adelante cruzamos el famoso Fishmarket.

Km 7 - Muy suelto
El siguiente parcial será el verdadero salto cualitativo en la carrera, completándolo en unos impresionantes 20:49, realizando incluso un km a 4:04!!! El primer 10.000 en 42:08 (Praga 46:41). Me doy cuenta que voy muy deprisa pero no me preocupo demasiado. Mi principal referencia que es el pulsómetro me dice que todo está bajo control. Las rectas tan largas que hay y el escaso callejeo hacen que, si vas bien, puedas volar. Durante este segundo 5k sigue habiendo muchos toboganes. Ojo con esto, porque al principio como vas muy bien, cualquier pequeña cuesta te parece suave… pero todo suma.
En el km 13 al lado de la estación Baumwall vuelven a estar las animadoras oficiales y vuelvo a posar. Voy como una moto!! En los avituallamientos me dedico a beber solo agua. No me veo obligado a reducir el ritmo para coger isotónico. Por ahora no me preocupo.

Km 13 - Sigo suelto y con potencia
Casi sin darme cuenta paso por el km 15 justo después de abandonar la zona del puerto. Está en un túnel y me tengo que quitar las gafas de sol. Sabía que había volado, porque algunos laps en el pulsómetro los había parado a 4:06!! Reviento de nuevo el parcial de 5k que hago en 20:38 (Praga 22:55), que luego sería el mejor parcial de la maratón. Me doy cuenta que estoy destrozando la carrera y que voy volando. Empiezo a notar cierta sensación de malestar pero, al contrario que Praga, no es un dolor concentrado en músculos concretos, si no es un malestar general de piernas. En ese momento no tengo la referencia pero voy casi 7 minutos por debajo de la marca de Praga.

Llegamos a la zona tal vez más bonita de la carrera, junto al Lago Binnenalster, que está muy cerca del ayuntamiento que sólo rozaremos. Lo rodeamos y nos vamos hacia el Lago más grande, el Aussenalster. En el 17 me tomo la primera mitad del gel que tenía prevista para el 15, pero al no haber avituallamiento líquido en ese km tengo que hacerlo cuando toca.

Media Maratón: aquí es cuando saltan todas las alarmas. Acabo de reventar la carrera señores. 1h 28’. Marca personal en Media Maratón en una Maratón!!! Pero esto qué es!!! Voy más de 10 minutos por debajo de la marca de Praga! Acabo de completar el último parcial de 5k en 20:59. Más lento, pero muy firme. Me empiezo a creer que incluso puedo bajar de 3 horas en mi segunda Maratón. Como siempre que llego a la Media Maratón, me esfuerzo en hacer un chequeo general de cuerpo. Voy más tocado de lo normal. Me empiezo a notar extraño pero no hay ningún dolor centralizado. Simplemente las piernas no responden ya con la misma frescura. La euforia de la 1h 28’ y el volver a confiar en el pulsómetro, me quitan la preocupación por el momento. A partir de este momento me concentro mucho en soltar las piernas en todas las cuestas abajo y relajar la postura (hombros, cuello, etc.).

KM 25: los ritmos han bajado aunque no demasiado. El último parcial se va a 21:24 y ahora sí que me doy cuenta que lo pasaré mal. Las piernas siguen respondiendo pero peor… pese a todo sigo haciendo parciales en torno a 4:15, por tanto, sigo en el camino de bajar de 3 horas. En el km 27 Carmen y Sonia de nuevo con sus ánimos y las busco con la mirada.

Km 24 - Notando los efectos del lactato pero optimista