domingo, 3 de febrero de 2013

Crónica XIV Dos Leguas Fuente de La Chopera

Me presento en las Dos Leguas de Leganés el día 3 de Febrero de 2013 debutando por primera vez en esta mítica popular madrileña (11,144 km). Nada más llegar me doy cuenta que aparcar es bastante complicado en la zona cercana al Parque de la Chopera, donde está situada la salida y la meta. Finalmente, aparco en la Calle Roncal, que tiene un aparcamiento lateral bastante grande.

La temperatura ronda los 8º y casi no hay viento. Decido correr en corto abajo (como siempre) y manga corta arriba. Muy bien organizada la recogida del dorsal en la que no espero ni 10 segundos. Lo mismo al dejar la mochila en el ropero. La organización chapó.

Me acompaña mi hermano Jorge con el que realizo el calentamiento. Siempre que se puede, aprovecho el calentamiento para inspeccionar el primer km de salida y el último de la llegada. La salida es cuesta arriba y llano. La llegada es una fuerte bajada por el lateral este hasta la entrada al parque, en la que se termina en una subida bastante tendida. El calentamiento consta de un aumento de ritmo progresivo, unos ejercicios de técnica de carrera de tobillos, con punteras y talones y unos sprints progresivos. Listos para plantarnos en la línea de salida. Quedan 6 minutos.

Me presento en la salida después de un mes de Enero fuerte en entrenos. Pese a todo, no ha sido un mes en el que he estado contento con los ritmos. Termino los entrenos con la sensación de estar oxidado. Aunque no me estoy preparando específicamente para distancias tan cortas, esta carrera puede ser una confirmación de por qué camino voy. Quiero recuperarla y para ello, tendré que cruzar el 10 km en menos de 40’ sobrado.

Nos colocamos lo más adelantados que podemos porque no hay cajones (lo normal en populares). Al lado tengo a un corredor que se pone a hablar con otro diciendo que quiere bajar de 50’. Con ese objetivo, no debería estar tan adelante, pero… Como siempre, lo último que hago es dar el último apretón a los cordones de la zapatilla. Un minuto antes del pistoletazo me quito la camiseta de calentamiento, que lanzaré a un lateral cuando arranque. Después de lo mal que lo pasé en el segundo 5000 en la San Silvestre de Alcobendas, decido establecer un ritmo de crucero por debajo de las 183 pulsaciones y apretar si puedo en el segundo 5000.

VAMOS!!!!! Piso la lona de salida y arranco por el exterior para ir adelantando. La cuesta pica para arriba y hacia la derecha. Tiro la camiseta de calentamiento a un lado. Muchos corredores y demasiado lentos. Alcanzo el llano y comienzo a coger mi ritmo, el que quiero conservar en los llanos. No puedo pasar a la gente por ningún lado porque sólo hay disponible un carril de la carretera y me meto por el bordillo. Esto no lo haría si no fuese el primer km, que estoy fresco. Cuando llevas 5 km, no lo recomiendo, un tropiezo te puede llevar al suelo y dejarte muy tocado. Alcanzo el km 1 en 3’ 58’’ y ya comienza a haber menos gente.

En el km 1,5 nos metemos en un parque aledaño con la calle Chile y piso tierra por primera vez. Tengo mucho cuidado en las curvas porque la tierra no está muy asentada y puedo resbalar. También hay tramos con grava suelta. Este tramo es más bien de toboganes. Salimos del parque y pisamos una especie de carril bici que nos lleva a una fuerte bajada rodeando el cementerio donde está la Ermita de Nuestra Sra. de Butarque que nos llevará volando al km 3,5. Entramos en ese momento en una ribera con tierra en la que ya la gente corre sin problemas. Me engancho con un grupo que parece que lleva un ritmo parecido al mío y veo que está tirando un hombre con el pelo largo y camiseta roja. No le puedo dar ningún relevo por ahora.

Cortesía de runningfoto cerca del km 2
El grupito cruza el km 4 en 3’ 45’’, confirmando el buen ritmo de los últimos parciales. Veo que el de la camiseta roja flojea y me pongo a tirar. Cruzamos un puente en el que nos dicen que cuidado, que hay un pilote en la entrada y la salida del puente, además de estar escrito en el suelo. De nuevo, la organización perfecta. Termino una fuerte subida con la que salimos de la ribera y terminamos con la parte de tierra. Bajando vamos paralelos a la Avenida de América Latina y giramos a la derecha con una fuerte subida que va paralela a la R-5. Aquí me encuentro bien y tiro para adelante intentando dar caza a un corredor que flojea. Cruzo el km 5 en 20’ 06’’ con un parcial de 4’ 42’’, es decir, mal medido. Ahora mismo voy por encima de los 4’ el km de media, pero no me preocupa, el ritmo es perfecto y las pulsaciones espléndidas. Bajando me encuentro con el avituallamiento y, aunque me juré después de la San Silvestre de Alcobendas, que no volvería a coger agua en el km 5, cojo una botella y bebo un sorbo muy rápido. Me sienta fatal. Como siempre. Pierdo el ritmo de respiración.

La bajada continúa hasta el km 7 donde definitivamente vuelo, pasando el km 6 en 3’ 10’’!!!! (también mal medido, porque yo no soy Patrick Makau) y doy caza a dos corredores más. Los paso y claramente no pueden seguirme. Aún así, me duele un poco el estómago y tengo un conato de flato… maldito avituallamiento!!!! Pero voy muy confiado. Cambio los límites del pulsómetro (185-191) porque se acerca la famosa cuesta del cementerio y seguramente me pasaré de ppm. Llegamos al 8 y veo de lejos la subida de tierra. En total, será casi 1 km de cuesta arriba, pero la parte dura serán 500 metros. Me junto con 3 corredores más y afronto la cuesta a ritmo normal, no me cebo y con zancada corta. Sólo miro al suelo. Mucha gente animando en esta zona… el morbo les puede. La gente sube sufriendo mucho. La cuesta es prácticamente un muro en los últimos 50 metros. Corono en solitario e intento coger de nuevo el ritmo, pero tengo un dolor muy fuerte en los isquios. Levanto el pie y espero sensaciones. De nuevo por tierra pero en llano me adelanta un corredor del grupo de cuatro de la cuesta que ya no volveré a ver. Enfilamos ya el km 9 por calles conocidas, ya que es el mismo tramo que el km 1. El parcial en el km 9 es de 4’ 16’’, un ritmo excelente para la cuesta que acabo de pasar. Ya todo será asfalto hasta llegar.

Cortesía de runningfoto justo después de coronar la cuesta del cementerio
Veo el km 10 por el mismo sitio por donde hemos subido y paro el parcial en 39’ 30’’. He cumplido mi objetivo de bajar holgado de 40’. Aprovecho la bajada y apretó lo que puedo, pasando a dos tíos que parece que van de paseo. Paso al lado de lo que fue la salida y mucha gente animando… mi afición me grita y poso como puedo para la foto. Sigo apretando por el camino este del Parque de la Chopera pero sin cebarme, porque sé que cuando termine la bajada, la subida me espera. Giro a la izquierda y enfilo la subida, ya apretando con todo. Noto como alguien intenta darme caza por detrás, pero cambio con todo lo que tengo y no vuelvo a oírle. Voy tan ciego que ni siquiera veo el cartel de km 11. Cruzo la meta en 44’ 03’’. El 74 de 1482 corredores de la general, y el 42 de 638 de mi categoría.

Cortesía de mi amada Carmen bajando hacia el km 11
La bolsa del corredor que me entregan es espectacular: 3 piezas de fruta, una camiseta técnica larga, galletas y nestea. De lo mejor que me he encontrado en una carrera popular.

Cortesía de runners.es

Mientras escribo me doy cuenta que los entrenos de Enero han tenido sus frutos, que bajar de 40’ en este 10.000 no es fácil, porque el terreno tiene muchas cuestas abajo y arriba y mucha tierra, lo que te impide coger un ritmo constante y rápido. Además, el segundo 5000 lo he hecho muy bien de pulso y sin sufrir en demasía, a diferencia del calvario que pasé en Alcobendas. Ahora a pensar en la siguiente.


PARCIALES:
1er km → 3:59
2º km: → 4:02
3º → 3:36
4º → 3:45
5º → 4:42 (primer 5.000 → 20:06)
6º → 3:09
7º → 4:17
8º → 3:47
9º → 4:17
10º → 3:54 (segundo 5.000 → 19:24, paso por el 10.000 → 39:30)
11º → 4:38

Mi llegada a meta en el minuto 44:24 (abrir los brazos es lo primero que se me ocurrió... iba esprintando así que, no estaba muy lúcido):
http://www.corriendovoy.com/video.php?id=765&video=61868